Confirmando las sospechas de la discográfica, las sesiones con Andy Partridge no fueron muy fructíferas. La banda pensaba que el sonido de aquellas grabaciones era sospechosamente similar a la antigua banda del productor, por lo que fue descartado con el tiempo. Finalmente recurrieron al que fue productor del primer álbum: Stephen Street. Aun con un disco en proceso, Blur empezó pronto su próxima campaña de marketing. Aun con el recuerdo de su bochornosa gira estadounidense, la banda se estaba volviendo pro-británica. De hecho, en una entrevista a NME, Damon Albarn habló de la oleada de música grunge que estaba surgiendo desde Estados Unidos. Afirmó que expulsarían a los grunges de la misma forma que los punk expulsaron a los hippies, haciendo alusión al éxito que tuvo este género. |
Pese al poco tiempo en el que Andy Partridge controló las grabaciones de Blur, quedaron restos de lo que el productor quería hacer con la banda, canciones como Sunday Sunday, Coping o Seven Days son pruebas de ello.
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Pese a que la discográfica desconfiaba del disco y su mánager lo definió como un suicidio comercial, Modern Life is Rubbish contó con el beneplácito de la crítica. NME lo definió como un álbum melódico y producido de forma fabulosa. Incluso el músico Paul Weller describió a Blur como lo mejor que había en Inglaterra en ese momento.
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Album Modern Life is Rubbish.
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